Jack no es el tipo de hombre que se da por vencido fácilmente, así que cuando tuvo problemas para respirar, siguió adelante.
Cuando finalmente le diagnosticaron bronquitis, siguió adelante. Pero finalmente, cuando le diagnosticaron asma y le fue imposible respirar, tuvieron que ingresarlo en el hospital. Cuando Jack llegó al hospital, su nivel de oxígeno en sangre era tan bajo que el médico le dijo que era un milagro que estuviera vivo. Después de tres días, le dijeron que podía irse a casa, siempre y cuando aceptara recibir oxígeno suplementario. Jack dijo que sí, pero solo si su proveedor podía ser ProResp.
Verán, hace seis años, la esposa de Jack, Helen, también tuvo dificultades respiratorias. Tenía asma grave en los pulmones y necesitaba oxígeno suplementario. Trabajó con ProResp durante varios años y Jack solo recordaba un servicio perfecto y que la mantenían de buen ánimo y con mucho apoyo. Con gusto usaría oxígeno si pudiera volver a trabajar con el equipo de ProResp.
Jack estaba encantado de saber que había un representante de ProResp en el hospital y pronto, los dos estaban conversando sobre su nuevo plan de tratamiento.
“Al día siguiente, llegué a casa por la tarde y, ¡qué sorpresa!, ProResp estaba en casa”, nos contó Jack. “Trajeron mis tanques y el concentrador y lo instalaron todo. Luego vino mi terapeuta respiratorio y hablamos sobre él, cómo lo uso y qué debo hacer, y desde entonces ha sido excelente”.
Jack aprecia especialmente el trato amable y personal del equipo de ProResp. “Paul me llama el jueves y charlamos un rato; luego viene el viernes; suele aparecer sobre las diez. Revisa el tanque, lo rellena, cambia las botellas, me pregunta cómo estoy y me pregunta qué hay de nuevo. Es un placer tener esa charla. Sarah también. Viene, se sienta y se toma el tiempo para ver cómo estoy. Cuidó de mi esposa y me cuida a mí. Son una empresa muy atenta. Por eso me enamoré de ellos, porque hicieron tanto por mi esposa”.
