Jennifer y Trevor fueron novios en la prepa. Él fue su primer novio. Pero la vida cambió y Trevor se mudó, y perdieron el contacto.
En 2011, Jennifer estaba buscando viejos amigos en internet y encontró a Trevor. Estaba casado, tenía tres hijos y vivía en Ottawa. Unos años después, Jennifer volvió a ver su perfil y vio que a Trevor le habían diagnosticado ELA. Fue una extraña coincidencia, ya que Jennifer había estado dedicando cada vez más tiempo a ser voluntaria en la Caminata para Acabar con la ELA. Sabía lo que significaba un diagnóstico de ELA y que a Trevor tal vez no le quedara mucho tiempo, así que se puso en contacto con él.
Trevor se alegró de saber de ella, así que Jennifer llevó a su hijo a Ottawa a visitarlo y se mantuvieron en contacto. En 2016, Jennifer organizó una recaudación de fondos para ayudar a Trevor y a su familia a comprar una camioneta, que ahora necesitaba debido a su movilidad limitada. Unas semanas antes del gran evento, Trevor llamó para decirles que asistiría solo. Su matrimonio estaba a punto de terminar.
Después de la recaudación de fondos, Trevor se mudó a Londres, más cerca de Jennifer. Aún conservaba cierta movilidad en su silla de ruedas, podía comer y hablar, y conseguía su propio hogar con la ayuda de un asistente social. Pero ese diciembre, su estado empeoró y Trevor pasó seis semanas en el hospital. Debido a una insuficiencia respiratoria, le realizaron una traqueotomía y ahora necesitaría atención las 24 horas. Al salir del hospital, Trevor se mudó con Jennifer.
Desde entonces, la pareja ha vivido junta y feliz para siempre, a pesar de los desafíos que Trevor enfrenta todos los días y la triste realidad de que no pueden planificar un futuro lejano juntos, una de las muchas cosas que la ELA les quita.
Se han casado dos veces: una boda sorpresa en el Ayuntamiento con sus dos hijos, organizada por Jennifer para animar a Trevor en un momento particularmente difícil, y una celebración con amigos y familiares un año después. Se mudaron a un bungalow, con una distribución mucho mejor para alguien con ELA, y han unido sus vidas.
Y desde que Trevor regresó del hospital aquel frío día de enero de 2017, ProResp estuvo ahí para hacerle la vida más cómoda posible. "Caitlin es increíble. La queremos mucho", dijo Jennifer sobre su terapeuta respiratoria de ProResp. "Si necesitamos a Caitlin, ella está ahí, y eso significa mucho para nosotros".
Jennifer cree que su reencuentro, después de tantos años de preparatoria, estaba escrito en las estrellas. "Perdimos el contacto físico, pero nos mantuvimos en contacto psíquico durante 28 años. Estaba destinado a ser", nos dijo.
Gracias, Jennifer y Trevor, por compartir su historia con nosotros. Estamos muy orgullosos de formar parte de sus vidas.